jueves, 20 de abril de 2023

Robertson hace historia ante un rival arrollador (110-94)

Kassius Robertson (foto: EFE)

El Baskonia destrozó sin compasión a un impotente Obradoiro en un primer cuarto brutal que dejó sentenciado el partido de manera muy temprana. Una tormenta de triples liderada por un Heidegger colosal destruía a los nuestros en un primer cuarto salvaje (34-9), con el Obra nulo desde la distancia, perdiendo balones en ataque y sin tensión defensiva para frenar la avalancha local. Con todo perdido, el equipo comenzó a ver aro con mayor continuidad y al menos pudo contener la catarata de puntos del rival gracias a las buenas acciones de Blazevic (13+4+2 para 18 de valoración al final) y de un Robertson que empezaba a ser imparable en ataque. El trabajo de los nuestros conseguía acortar hasta un -8 la desventaja mediado el tercer cuarto (65-57), pero un Thompson de otro nivel impedía cualquier atisbo de heroica para un Obradoiro en el que Robertson seguía anotando de manera compulsiva. Los minutos finales, ya sin la tensión del resultado, servían para que el escolta canadiense alcanzase y sobrepasase el record histórico del club y firmara una colosal estadística con 44 puntos para 40 de valoración, digan del aplauso de un Buesa Arena puesto en pie ante su actuación. Con esta derrota, el Obradoiro sigue en mitad de tabla, con un record de 12-16 y las aspiraciones de alcanzar plaza europea todavía presentes.

Dura prueba para el Obradoiro en una de las canchas más inexpugnables y ante uno de los equipos más potentes de la competición, un Baskonia que, con Enoch y Sedekerskis como bajas, iniciaba el partido con Thompson, Marinkovic, Giedraitis, Hommes y Kotsar. El Obra, con Vicedo en la rotación pero con la importante y feliz baja de última hora de Thomas Scrubb por su paternidad, lo hacía con Westermann, Robertson, Muñoz, Suárez y Guerrero. El temido vendaval ofensivo del Baskonia iba a confirmarse desde el primer momento para reventar el partido por la vía rápida. La canastas bajo aro de Guerrero a pase de Robertson y la del propio escolta canadiense en brutal suspensión en rectificado eran demasiado poco ante los triples y canastas varias de un Baskonia desatado. El 11-4 forzaba el tiempo muerto de Moncho Fernández, pero la tromba de juego local no cesaba. Mates de grandes y pequeños, transiciones de relámpago, triples, y otro tiempo muerto más con un 18-4 en el marcador y un triple cambio en los nuestros. Solo tirando (y fallando) triples forzados al final de la posesión y añadiendo más pérdidas de balón a la estadística, el Obradoiro no sumaba mientras los locales continuaban aumentando la brecha. Una suspensión de 5 metros de Blazevic era todo lo que podía oponer el Obra mientras la ventaja local se iba ya por encima del +20 de triple en triple con un Heidegger espectacular en el tiro. Vicedo recibía falta en su intento triple pero solo anotaba el primero de los libres y, tras otro triple más de Heidegger, Blazevic penetraba con un buen ganchito de derecha, justo a tiempo de que el inspirado Heidegger cerrase el cuarto con otro triplazo más para un brutal 34-9 y un +25 de diferencia que dejaba todo visto para sentencia.

Un triple de Walker desde el lateral y otro de Vicedo desde el lado opuesto abrían la lata para los nuestros en el inicio del segundo cuarto. Blazevic bailaba con calidad en la pintura para obtener una buena canasta pero fallaba el libre adicional, repitiendo penetración con éxito, mientras la fiesta triplista local continuaba, ahora de la mano de Dani Díez con otros 3 sin fallo. Robertson veía el hueco para la penetración y también conseguía su primer triple de la tarde, pero Baskonia seguía anotando con mucha facilidad, corriendo la cancha sin oposición, con un movimiento de balón eléctrico y sumando puntos sin cesar. El Obra conseguía al menos estabilizar la desventaja en el marcador, con un par de libres de Guerrero y otro triple más de un Robertson que comenzaba a ver aro de manera espectacular. Tras el tapón de Muñoz a Kotsar, el canadiense clavaba el tercer triplazo en transición y forzaba el nuevo tiempo muerto del exigente Peñarroya. Los locales seguían destrozando nuestra floja defensa zonal con suma facilidad, aunque una forzada penetración de Muñoz y, sobre todo, el cuarto triple de un Robertson que con 16 puntos anotados comenzaba a encarrilar su partido histórico, animaban un poco a un Obra en el que el esforzado Magnay oponía algo de resistencia física en la pintura. El australiano pasaba bien a Muñoz para la canasta bajo aro del abulense, dejando un menos doloroso -18 en el marcador al llegar al descanso (58-40).

Una preciosa canasta de pivot de Blazevic abría el tercer cuarto del partido. El lituano era el que más porfiaba por dentro, ganando rebotes y forzando a la defensa local. Un precioso 2+1 en penetración de Robertson seguía bajando diferencias y, aunque Heidegger retomaba el camino triplista del primer cuarto con su quinto acierto, el bueno de Kass contestaba al instante con otro triple más, también el quinto de su cuenta. Y, en el siguiente ataque, otro más, el sexto, para bajar a -12 (63-51). La defensa baskonista se enfocaba directamente sobre nuestro escolta, que por momentos parecía perder la inspiración en sus tiros, pero anotaba otro par de libres ante los esfuerzos de los defensas baskonistas en negarle el balón. El Obra se iba animando cada vez más, con Blazevic ganando la partida en ambas zonas a un Kotsar muy picado con el lituano, y un triple de Álex Suárez bajaba la diferencia a un impensable -8 (65-57). Por desgracia, la respuesta local era inmediata, con Thompson demostrando su inmensa calidad, aunque Suárez volvía a acertar desde el triple lateral. Una penetración de Robertson con una falta tan clara como oculta para los árbitros provocaba la técnica a Moncho Fernández, con el Obra volviendo a sufrir a un Thompson que alimentaba una y otra vez a Kotsar por el carril central. Un tiro libre de Westermann y una buena canasta de Magnay desde el poste bajo cerraban el cuarto con el Obra reduciendo a -15 (78-63).

Cualquier esperanza de dar un susto por parte de los nuestros era cercenada de manera contundente por los locales en el inicio del último cuarto, con Thompson continuando su recital de clase sin fin, el regreso de las pérdidas en primera línea de ataque y el +20 para Baskonia de nuevo en el marcador (83-63). Robertson, ya con 27 puntos en su casillero, regresaba a cancha tras casi minuto y medio de inoperancia de nuestro ataque. Y, cómo no, clavaba su séptimo triple de la tarde en su primer intento tras el mínimo descanso. Kotsar estropeaba el alleyoop de Phil Scrubb para Magnay con una falta antideportiva, anotando el australiano los tiros libres. Las canastas en transición de Baskonia no cesaban, aunque Phil Scrubb aparecía fugazmente para anotar un triple y, tras robar un rebote ofensivo, forzar falta y anotar los libres. Los locales mantenían a raya a los nuestros con Kotsar por dentro y la reaparición de Heidegger desde el triple (92-73), aunque Blazevic no bajaba la cabeza y machacaba el aro tras pase de Vicedo. El partido empezaba a ser un festival de canastas y Robertson dejaba una penetración circense para aumentar su cuenta. El canadiense no encontraba el acompañamiento de sus compañeros en la anotación, pero el equipo trabajaba con buena actitud a pesar de todo. Kass se marcaba otra penetración alucinante más, con la afición del Buesa empezando a aplaudir tímidamente sus brillantes acciones, y por si fuera poco añadía a su expediente su octavo triple del partido, para igualar su tope en ACB con 37 puntos. El show de Kass no parecía tener fin, con otro triple más para él, el noveno, para 40 puntos. Mientras tanto, el Baskonia no paraba de hacer puntos de todos los colores, pero la atención (al menos la del obradoirismo) se centraba ya en un Robertson que caminaba ya por las alturas de los registros históricos del club. Ni siquiera la defensa que le planteaba Peñarroya frenaba al canadiense, que sacaba la falta a Costello en el intento triple y, sumado a la técnica que recibía el pivot local, le permitía sumar 4 tiros libres más que certificaban la mayor anotación de un jugador del club en toda la historia en ACB. Moncho Fernández sustituía al canadiense y el Buesa Arena premiaba a Kass puesto en pie con una merecida ovación. El poco más de minuto restante servía para que Niang sumara un ratito en cancha, Zurbriggen anotase un triple, el gran Heidegger respondiese de igual manera y Álvaro Muñoz cazara un tapón a Niang para anotar con falta, aunque se hería la mano y el libre adicional lo lanzaba Suárez y lo fallaba. El 110-94 no admitía discusión, pero tampoco la exhibición histórica de Kass Robertson.

Datos a destacar

  • en lo colectivo, partido muy claro, con un Baskonia intratable que nos destrozó totalmente. El Obra se mostró incapaz de frenar a un rival brutal en ataque, y el doloroso 34-9 del primer cuarto es suficientemente concluyente. Sin embargo, los nuestros no dejaron de intentarlo, tanto que poco a poco fueron encontrando sus sitio hasta llegar a ponerse solo 8 abajo. Pero, nuevamente, el Baskonia se volvió a ir cómo y cuando quiso, dejando claro que es un equipo que está a otro nivel
  • 131-101 en valoración conjunta, para un partido de esos que el espectador neutral disfruta a lo grande. Triples, contraataques, mates, acciones brillantes, movimiento de balón (¡25-16 en asistencias!), actuaciones individuales de máximo nivel... exactamente todo lo que el Obra no podía permitir si quería tener alguna opción ante el equipo más brillante de la ACB a nivel ofensivo
  • KASSIUS ROBERTSON: y eso que en el primer cuarto apenas apareció... el canadiense empezó a ver el aro como una piscina en el segundo cuarto y ni siquiera todos los ajustes defensivos del inconformista Peñarroya pudieron frenar la que ya es la mayor exhibición ofensiva de un jugador del Obradoiro en la ACB. Triples (9 de 14, bestial 64%), penetraciones imposibles, inspiración imparable, él solo contra toda la defensa rival pendiente de sus acciones... la ovación que le dispensó la entendida afición baskonista es uno de esos momentos que valen toda una carrera. En cuanto a los números, poco más se puede añadir. 44 puntos (record absoluto del club en ACB) con 2 rebotes en 32 minutos, con 5 faltas provocadas, para 40 de valoración (2ª mayor marca de un jugador del Obra en ACB)
  • LÉO WESTERMANN: totalmente desbordado por un Thompson que lo dominó desde el principio. El francés no pudo en defensa, mientras en ataque sí encontró algunos pases en transición pero su presencia fue apenas destacable. En un partido en el que muy pronto se vio que no había gran cosa que hacer, tampoco era cuestión de castigar físicamente a Léo. 1+1+6 en 16 minutos, para 5 de valoración
  • ÁLVARO MUÑOZ: la baja de Thomas Scrubb elevó al abulense a la titularidad, y evidentemente se vio que no podía mantener el nivel físico ante tipos de la dureza e intensidad de Giedraitis y compañía. Mal en el triple (0 de 5), sin embargo mostró su profesionalidad habitual y siguió trabajando hasta el último aliento, con más voluntad que acierto. 6+3 en 22 minutos, para 0 de valoración
  • ÁLEX SUÁREZ: trabajador pero superado en defensa en el inicio, aunque en el mejor tramo del equipo en el partido estuvo activo y acertado en el triple. Como el resto de sus compañeros, su buena actitud en la cancha a pesar de las circunstancias es algo reseñable. 6+4 en 23 minutos, para 6 de valoración
  • MAREK BLAZEVIC: Kass aparte, las acciones del lituano fueron de lo mejor del Obra en el partido. Con lagunas defensivas y algún error evitable, Marek mantuvo un bonito duelo de interiores con Kotsar, del que saltaron chispas, y que dominó en un buen tramo del tercer cuarto. En defensa alternó momentos de poderío reboteador con otros de perderse en ayudas largas, pero su buena actitud y su confianza para bailar en la pintura merecen ser destacadas. Mucha acción en pocos minutos. 13+4+2 en 19 minutos, con 5 faltas provocadas, para 18 de valoración
  • PHIL SCRUBB: poco lucido el canadiense, sin claridad en ataque más allá de un momento de inspiración en el cuarto período, problemas en defensa para frenar a los rivales y, a pesar de todo, voluntad de trabajo y de no dejarse ir. 5+3+3 en 24 minutos, para 3 de valoración
  • EDGAR VICEDO: poco pudo hacer el madrileño, más allá de un buen triple lateral, en un partido que le pasó por encima a nivel defensivo (-17 en cancha, el peor del equipo). Poco a poco tiene que ir recuperando el ritmo y el físico tras sus problemas de pasadas semanas. 4+1+1 en 16 minutos, para 3 de valoración
  • FERNANDO ZURBRIGGEN: voluntarioso pero sin acierto. Mal en el triple (acabó metiendo el único en los segundos finales), sin claridad en la dirección y duro pero sin acabar de tener acierto en defensa. En cuanto a actitud, ningún reproche, por supuesto. 3+3+2 en 13 minutos, para 2 de valoración
  • WILL MAGNAY: otro ejemplo de esfuerzo físico y entrega máxima, más allá de sus limitaciones técnicas. Peleó cada balón, fue duro atrás e intentó alguna cosita aislada en ataque con acierto. No nos va a ganar partidos, pero es cumplidor siempre. 5+3+1 en 13 minutos, con 2 tapones, para 12 de valoración
  • DAVID WALKER: unos minutillos en el fondo de la rotación en los que anotó un buen triple al comienzo del segundo cuarto e intentó ayudar en defensa con buena actitud, pero todavía lejos de lo que puede dar. Tras una temporada tan complicada a nivel físico para él, el simple hecho de ir entrando en la rotación ya es buena noticia. 3+2+1 en 12 minutos, para 4 de valoración
  • RUBÉN GUERRERO: era el peor escenario posible (juego veloz, transiciones, cambios defensivos imposibles contra los pequeños del Baskonia) y el marbellí sufrió mucho en sus escasos minutos en cancha. Peleó el rebote con intensidad, pero se vio superado por la velocidad del partido y apenas pudo aportar más allá de un par de acciones en ataque. 4+5 en 9 minutos, para 8 de valoración
  • FALLOU NIANG: entró en la convocatoria por la ausencia de Thomas Scrubb y pudo jugar un ratito en el final del partido. 0+1 en 1 minutos, para -1 de valoración
Derrota sin discusión ante un equipo que seguramente ahora mismo es de los menos accesibles de la competición. El descalabro del primer cuarto fue importante, pero el espíritu de lucha y el no dejarse llevar del resto del encuentro también merecen ser reseñados. Lo que quedará para los anales será la brutal actuación de un Kass Robertson que, por si no lo estuviera ya, está desde hoy ya en lo más alto de la historia del Obradoiro en la ACB. Era un partido en el que no había nada que perder y se puede decir que el equipo no ha salido demasiado tocado de Vitoria para lo que pudo haber sido. Ahora toca centrarse en el partido de Sar contra el Betis, que seguramente será clave para las opciones europeas del Obra, en el que será necesario dar el máximo por parte de todos.


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