Hasta que el Tuky aguantó (63-72)

(foto: ACB Fotoclick)



El Obradoiro comienza a ver de cerca el abismo tras la undécima derrota de la temporada, ante un rival directo como era el colista Blancos de Rueda de Valladolid. El Obra solo jugó más o menos bien en el primer cuarto (22-14), para continuar con una de sus monumentales pájaras y más de 6 minutos sin anotar (y aún así solo encajó un parcial de 0-9). Con el partido igualado de nuevo, el Obradoiro encontró únicamente a un acertadísimo Tuky Bulfoni, que se echó al equipo a sus espaldas (17 puntos al descanso). Tras la reanudación el partido continuó igualado, a pesar del buen trabajo ofensivo de Diego García para los visitantes, hasta que Bulfoni dejó de anotar (60-59 tras un triple suyo, 24 puntos al final). Ahí se secó todo el ataque local y los de Casimiro fueron menos malos (aunque tampoco hubo mucha diferencia), aprovechando otra racha de inspiración de Diego García (19 puntos) para sentenciar el partido a falta de minuto y medio. Con Bulfoni agotado (4 triples consecutivos fallados en los últimos minutos), el Obra ya no tuvo capacidad en ataque ante la nulidad de Ere y de los interiores. El 63-72 final y la mala imagen colectiva y también individual de los nuestros despertaron los primeros abucheos generalizados de la grada en más de 2 años, planteando un panorama a corto plazo bastante oscuro.


Decepción y mal humor tras la nueva derrota del Obradoiro en la temporada. La entrada en Sar era algo inferior a la de otras veces, el ambiente más frío y la paciencia con el equipo mucho menor. En esa situación, Moncho Fernández volvía a apostar por el dúo Lasme-Kendall como interiores titulares, mas los habituales Palacio, Bulfoni y Ere. El Blancos de Rueda sacaba a Dumas, Udrih, Robinson, Touré y Borchardt. El comienzo del partido era alentador para los nuestros, con Kendall anotando a los 10 segundos (eso sí, en su único tiro a canasta de todo el partido). Bulfoni mantenía su buena puntería de las últimas semanas desde los 6,75, Palacio dirigía con autoridad y, para mayor dicha, Touré se cargaba rápidamente de faltas. El Obradoiro se iba de 7 (17-10) tras la única canasta de 2 de un nuevamente desafortunado Ebi Ere, y daba descanso a Palacio con la entrada de Nguema (Andrés no pudo jugar por lesión). El tercer base del equipo comenzaba perdiendo su primer balón, recordando durante su actuación los problemas de hace 2 temporadas con Aguilar. Con todo, el acierto de Bulfoni desde el triple y un par de libres más del capitán permitían al Obra cerrar el cuarto con una ventaja de 8 puntos (22-14).

Y, de nuevo, la pájara. Con la segunda unidad casi al completo en pista, el acierto en ataque desaparecía por completo, sin que el mermado físicamente Corbacho pudiese cambiar la mala dinámica. El rival tampoco estaba para tirar cohetes, pero iba anotando de vez en cuando y acortando las diferencias. El mal partido de Junyent restaba opciones interiores en ataque y las pérdidas comenzaban a ser un problema importante, con lo cual Moncho Fernández se veía obligado a pedir tiempo muerto tras casi 5 minutos en blanco. Diego García cerraba un parcial de 0-9 para voltear el marcador (22-23), mientras que Bulfoni volvía a la pista para romper la sequía anotadora tras más de 6 minutos a cero. 7 puntos consecutivos del capitán permitían al Obra no perder comba en el marcador, aunque un triple de Diego García ponía al Blancos de Rueda 4 arriba (31-35). Palacio cerraba el cuarto con una canasta para dejar las espadas en alto antes del descanso (33-35).

La vuelta de los vestuarios no cambió la dinámica del partido. Los visitantes iban por delante auqnue con escasas ventajas, y el Obradoiro las pasaba moradas para anotar, aunque los tiros libres iban manteniendo al equipo en la lucha (14 en el cuarto). En un partido casi bajo mínimos, las pérdidas de balón del equipo eran casi una constante, y la vuelta de Nguema a la cancha aumentaba el problema (incluyendo una pérdida por intentar atender las instrucciones de Moncho mientras subía el balón). El rebote defensivo tampoco se cerraba bien y Anagonye aprovechaba la situación para anotar alguna canasta fácil. Con Diego García anotando en bandeja para el +7 (52-59), al menos era el propio Nguema el que salvaba los muebles con un 2+1 antes de terminar el cuarto (55-59).

No había muchas más opciones que devolver a la cancha al Tuky Bulfoni, el único que parecía ver aro con fiabilidad. El capitán respondía con un nuevo triple en transición para devolver la ventaja al Obradoiro (60-59), pero era el canto del cisne. El partido volvía a entrar en una fase de desaciertos continuos por ambos bandos (casi 3 minutos sin anotar), con la tensión yendo en aumento. Ya entrando en los últimos 4 minutos, la canasta de Robinson era contrarrestada por la fugaz aparición de Ere, con un triple al borde del final de posesión (63-64). Esta fue la última canasta del equipo en el partido. Bulfoni había agotado la magia y erraba sus últimos 3 intentos triples, y con ello dejaba anulado el romo ataque obradoirista. Solo hacía falta que apereciera Diego García con un triple a falta de minuto y medio para romper el partido (63-68). Un par de pérdidas más de los nuestros permitían 2 canastas fáciles más de los visitantes y el partido se cerraba con parte de la grada silbando al equipo y una sensación enorme de impotencia en todo Sar. El 63-72 y las declaraciones post-partido del presidente Raúl López dejaban la impresión de que el futuro pinta de colores más bien oscuros.

Datos del partido

• el "efecto caldeira" sigue bajando en intensidad. Con muchos claros en la grada y con mucha más impaciencia que en temporadas anteriores, aún así se intentó animar con fuerza hasta los últimos minutos, pero el equipo tampoco acompañó
• la "Tuky-dependencia" del ataque obradoirista fue abrumadora. El equipo aguantó hasta que el Tuky comenzó a fallar, y solo anotó con el capitán tirando del carro (incluyendo la pájara del segundo cuarto). Con Kendall y Ere autoanulados y Corbacho enfermo, el equipo no fue capaz de encontrar soluciones en ataque
• las 21 pérdidas de balón fueron determinantes para regalar al rival varias canastas fáciles. Además de las pérdidas de los bases en media cancha, los problemas de nuestros interiores con las violaciones técnicas (pasos y dobles) son desesperantes (Lasme, 8 pérdidas)
• el 38 por ciento en tiros de 2 fue sangrante, con canastas en bandeja falladas que poco a poco fueron minando la confianza de nuestros jugadores. El rival no hizo mucho más, pero en cuanto tuvo un mínimo de acierto terminó por irse en el marcador y ganar el partido
• TUKY BULFONI: hizo todo y más, hasta que las fuerzas le llegaron. Mantuvo al equipo en la lucha casi en solitario, y cada vez que se fue al banquillo se colapsó el ataque por completo. Demasiado hasta para nuestro bravo capitán, que al final erró varios tiros seguidos, fruto del cansancio. 24+4+2, con 4 triples, para 25 de valoración
• MILT PALACIO: solo (o casi) ante el peligro por la lesión de Andrés, fue claramente de más a menos durante el partido. Comenzó dominando a Dumas pero el partido se le hizo muy largo y acabó perdiendo balones y fallando entradas a canasta. 9+3+2, con 4 pérdidas, para 5 de valoración
• EBI ERE: de nuevo casi desaparecido. Cumplidor en defensa, desacertado y con nula confianza en ataque, a pesar del mínimo resplandor del triple en el último cuarto. El equipo necesita muchísimo más de Ere, y el problema es que comienza a parecer que esa ayuda no va a llegar nunca. 7+3+4, con 2 de 10 en tiros, para 3 de valoración
• STEPHANE LASME: valladar en defensa (y en el rebote ofensivo también), aún cometiendo alguna falta tonta, y poco efectivo en ataque, cometiendo pasos en demasiadas ocasiones y casi sin mirar al aro (2 de 3 en tiro). Aún así, los problemas del equipo no vienen por su lado. 8+6, con ¡8 pérdidas!, para 6 de valoración
• LEVON KENDALL: en su peor versión, miró a canasta en ¡1 ocasión!, a los 10 segundos de juego. A partir de ahí, aportación nula en ataque, escondiéndose en todo momento (en 36 minutos en cancha, ese tiro al principio y un triple obligado por el final de posesión). En defensa cumplió en el rebote, pero tiene que dar muchísimo más. 2+9 para un engañosísimo 14 de valoración
• DERON WASHINGTON: descentrado y con poca aportación al equipo, también en su versión menos cerebral y más improductiva. Faltas, pérdidas de balón y peleas personales con rivales, y poco más. 2 puntos y 2 pérdidas para -4 de valoración
• ORIOL JUNYENT: desacertado en su primera intervención, se empeñó en tirar algún tiro que no debía y ya no volvió prácticamente a la pista (apenas 10 minutos en total). Sin él, el agujero interior del equipo, sobre todo en ataque, se hace más grande todavía. 2+1+1 para -1 de valoración
• ALBERTO CORBACHO: mermado por una infección, el balear no pudo anotar alguno de sus triples, en un partido en que se necesitaba una aportación adicional al trabajo casi en solitario de Bulfoni. 2+1, con 4 triples errados, para -1 de valoración
• BERNARD HOPKINS: con todas sus limitaciones, dio al equipo unos buenos minutos en la cancha, reboteando y anotando. La pena es que su aportación, incluso siendo positiva, tenga que ser tan corta en el tiempo (6 minutos y medio en cancha). 4+3 para 7 de valoración
• RICHARD NGUEMA: nervioso e incapaz de subir el balón con las mínimas garantías, hizo revivir viejos fantasmas en Sar con respecto al puesto de base suplente. Apenas 6 minutos en cancha que no pudieron darle el descanso necesario a Palacio. 3+1, con 2 pérdidas, para 1 de valoración

El Obradoiro dejó al descubierto casi todas sus miserias en un mal partido ante el hasta ahora colista de la liga, un limitado Blancos de Rueda que ganó finalmente con cierta holgura. La ausencia de Andrés Rodríguez fue importante, pero la inacción de Kendall y el desacierto de Ere lo son mucho más. Las limitaciones de nuestro juego interior son palmarias, y en cuanto el capitán Bulfoni dejó de hacer milagros la realidad se impuso con claridad. El equipo está yendo hacia abajo y el idilio con la grada está comenzando a hacer aguas, por lo cual se antoja necesaria una reflexión en todos los ámbitos del club para intentar frenar esta dinámica negativa de alguna manera. La situación no es todavía dramática (aún estamos fuera de los puestos de descenso), pero las sensaciones después del partido de este domingo son muy pesimistas. Se necesita una reacción para salvar este mes de enero con al menos un par de triunfos, pero la necesidad económica parece que va a olbigar a que las soluciones vengan desde dentro y no desde fuera, como en el resto de equipos de la liga. Es lo que tiene ser pobres...