domingo, 19 de mayo de 2019

Sufriremos hasta el final (83-80)

Kyle Singler (foto: ACB FotoClick)

El Obradoiro tuvo muchas opciones de victoria pero en 3 minutos finales muy negativos acabó cediendo ante un Estudiantes que se encomendó a Darío Brizuela para certificar el triunfo y la salvación. El Obra lo pasó mal durante un terrible primer cuarto, con un parcial de 13-0 que lo tuvo contra las cuerdas llegando a verse 13 abajo hasta los primeros compases del segundo cuarto (26-13). El equipo reaccionó con 8 puntos de Obst y el continuo aporte ofensivo de Brodziansky (25 puntos al final para 29 de valoración), bajando a solo 3 puntos la desventaja al llegar al descanso (42-39). Un Gentile imparable para nuestra defensa estiraba a los suyos, que se iban 8 arriba ante un Obra en el que solo Kyle Singler mantenía con vida al equipo (58-50), pero un 0-8 hacia el final del tercer cuarto ponía por delante a los nuestros, que cerraban el período 2 arriba tras un triple de Kostas (63-65). Con el Estudiantes entrando en depresión, el Obra aprovechaba su mejor momento del partido para adquirir pequeñas ventajas de hasta 5 puntos (68-73) y todavía entraba 2 arriba en los últimos 3 minutos (74-76). En ese instante el renqueante Brizuela asumía la responsabilidad y en continuos 1x1 rompía la defensa obradoirista con 9 puntos consecutivos (y los 10 últimos de su equipo) ante un Obra que se atascaba en ataque y enterraba sus opciones de victoria sin remedio, hasta el 83-80 final. Con esta nueva derrota, el Obradoiro se mantiene fuera del descenso con sus 11 victorias pero se tendrá que jugar la permanencia en la última jornada por primera vez en la etapa moderna del club en ACB, ya que una derrota ante el Barça en Sar combinada con un triunfo del GBC sobre el Real Madrid y otro del Estudiantes (ya salvado) en cancha del Joventut llevarían a LEB Oro al Obradoiro.


Partido trascendental para el Obradoiro en su cancha más "maldita", la de un Estudiantes que también se jugaba la vida en el partido y comenzaba con Cook, Brizuela, Gentile, Caner-Medley y Whittington. El Obradoiro optaba por Spires como titular, mas los habituales Sàbat, Vasileiadis, Singler y Llovet. El inicio de la batalla era desalentador, con el único espejismo del triple de Kostas ante un rival que de la mano de un Gentile imparable en el poste bajo encontraba puntos fáciles frente a un Obradoiro sin acierto ofensivo y perdiendo balones. 4 minutos y medio horrorosos de los nuestros forzaban el tiempo muerto de Moncho Fernández ya con 9 abajo, que se iba a 12 tras un triple abierto de Whittington (15-3). La entrada de Obst parecía dar algo de aire a nuestro ataque, que por fin encontraba a los interiores y con una canasta de Spires mas un buen 2+1 de Llovet parecía reaccionar mínimamente. Sin embargo, los locales ajusticiaban desde el triple abierto a nuestra débil defensa, subiendo ya al +13 (21-8), aunque la entrada en juego de Brodziansky, anotando tras el rebote ofensivo, y de un Simons que anotaba desde el triple mantenían el fino hilo de vida del tambaleante Obradoiro, que cerraba el cuarto "solo" 11 abajo gracias a los errores en el tiro libre de Clavell (24-13).

Gentile regresaba con otra canasta bajo el aro para comenzar el segundo cuarto repitiendo el +13 local (26-13), pero Andy Obst aprovechaba sus minutos de inspiración para evitar el matchball y meter al Obra de nuevo en la lucha. El alemán penetraba en bandeja y clavaba 2 triples consecutivos para bajar de los 10 de desventaja, mientras Brodziansky seguía sacando partido de su superioridad en el poste bajo para seguir acercando a los nuestros. El problema seguía estando en cómo parar a Gentile, pero un par de canastas bajo aro de Hlinason y un triple de Brodziansky bajaban a -3 (33-30). El Obra seguía fallando en el triple, pero alimentaba de balones a Brodziansky y ello le permitía aguantar el tirón de un rival en el que de nuevo los triples abiertos volvían a aparecer. Kostas regresaba para anotar un necesario triple, pero sin continuidad en su acierto, y aunque Gentile volvía a anotar desde el poste bajo al menos recibía la misma medicina a su flojedad defensiva por parte de un Singler que por fin asomaba para aprovechar el flanco débil del italiano. Una última canasta de Singler cerraba el cuarto con el Estudiantes 3 arriba y las espadas en alto (42-39).

El tercer cuarto mantenía el tono previo a los minutos anteriores al paso por los vestuarios. El Obra era incapaz de parar a un Gentile que de espaldas no encontraba oposición posible por parte de un Singler que, a su vez, castigaba en el otro lado de la cancha al italiano y asumía la responsabilidad de mantener con vida a los nuestros como casi único faro al que dirigirse. Los locales se iba hasta el +8 de nuevo con un 2+1 de Hakanson a pesar de los 9 puntos consecutivos de Singler (58-50), pero un triple de Brodziansky evitaba la escapada local con un Obradoiro en el que incluso Kostas fallaba nada menos que 3 tiros libres seguidos como muestra de la tensión que se vivía. La entrada de la débil unidad de rotación local daba aire a los nuestros, que enganchaban varios ataques seguidos con acierto y encontraban el triple tras bloqueo de Simons y otra canasta más desde el psote bajo de Brodziansky para sumar un parcial de 0-8 que culminaba la remontada (61-62). Cook salía al rescate de los suyos con una penetración demasiado fácil, pero Kostas cerraba el cuarto con un gran triple que le daba al Obra su máxima ventaja del partido (63-65).

Los locales estaban con el agua al cuello y el partido parecía ir girando del lado gallego, aunque un par de malas acciones de Sàbat y un 2+1 del habitual Gentile les daban un soplo de oxígeno. El Obra jugaba con cabeza y buscaba con acierto por dentro a Brodziansky, lo que unido a un triple de Sàbat tras el rebote ofensivo de Simons le daba un gran +4 a los nuestros (66-70). Era un momento para asentar la victoria, pero un triple fallado por Simons y una tonta antideportiva de Kostas al querer parar a Cook impedían la ruptura, aunque de nuevo Brodziansky anotaba desde el poste bajo, con un gran 2+1 sobre un impotente Whittington, que elevaba la renta obradoirista al +5 (68-73). Con el Estu zozobrando y la victoria muy cercana, todo cambiaba en unos momentos: Singler picaba y hacía una inocente falta en ataque sobre Cook cuando tenía toda la ventaja en el poste alto, Obst perdía el balón en mal pase cortado por el base local y Singler cometía su quinta falta al intentar parar una penetración de Gentile. En ese minuto nefasto el Obra había permitido que el rival renaciese de sus cenizas, y otro triple abierto más de Whittington igualaba de nuevo el partido con 4 minutos y medio por delante (73-73). Sábat sacaba una falta en ataque a Gentile igual de tonta que la anterior de Singler con Cook, mientras Simons aprovechaba la débil oposición del italiano para poder armar bien el brazo y ejecutar desde el triple para entrar en los últimos 4 minutos 3 arriba (73-76). El hasta entonces desaparecido Darío Brizuela aparecía en escena cogiendo su propio rebote del tiro libre ante un Obra que empezaba a olvidarse de mover el balón en ataque y se jugaba un triple de Sàbat sin acierto, aunque Obst forzaba otra falta en ataque de un Gentile físicamente muy agotado. Brodziansky fallaba el tiro corto y Brizuela comenzaba su recital final rompiendo con excesiva facilidad en el 1x1 a Obst para machacar sin oposición y empatar el partido a falta de menos de 2 y medio. El alemán penetraba muy forzado sin obtener ni canasta ni falta y se jugaba un triple lejano ante la falta de movimientos en ataque del equipo, justo antes de que de nuevo Brizuela se colara en otro 1x1 para poner por delante a los suyos a falta de poco más de un minuto. Moncho pedía tiempo muerto pero el mal ataque era culminado por un triple errado de Sàbat, y en la siguinet jugada Brizuela se encaraba en el 1x1 frontal para romper a Obst y clavar un triple que sentenciaba de facto el partido (81-76). El Obra intentaba el milagro pero ni siquiera era capaz de encontrar un triple que lanzar, aunque Brodziansky sacaba falta y anotaba los libres, pero Brizuela cogía el balón y, tras recibir la falta de Llovet, anotaba igualmente desde la línea. La última canasta de Brodziansky era ya inútil y el Obradoiro volvía a sumar una derrota, la octava consecutiva, que salvaba a un Estudiantes que festejaba el final de su agonía ante su afición (83-80). Para los nuestros quedaba el pequeño mal menos de haber salvado la diferencia de puntos para un posible triple o cuádruple empate en la clasificación final, pero teniendo que llegar al último partido con los objetivos sin cumplir por primera vez desde el retorno del equipo a ACB.

Datos a destacar

  • era un partido decisivo y en esta ocasión el Obradoiro sí llegó al menos con opciones hasta el final. Sin acabar de jugar con continuidad, yendo a remolque durante buena parte del partido, pero sabiendo sufrir y aprovechando el momento para dar la vuelta al marcador y verse muy cerca del triunfo. Ahí faltó acierto y sobró ofuscación en unos últimos minutos en que el equipo sufrió a un Darío Brizuela que se vistió de héroe para los suyos con 10 puntos seguidos
  • horrible inicio y horrible final. Entre medias, y a pesar del destrozo de Gentile, se buscó bastante bien a Brodziansky y a Singler, se jugó con carácter y aplomo durante varios minutos y el equipo se pareció algo más al que era capaz de sumar victorias hace unos meses. Por contra, los problemas para parar los triples abiertos de siempre, la insultante facilidad de los pequeños (los bases y al final Brizuela) para destrozarnos con simples 1x1 y los sufrimientos con el exceso de cambios defensivos entre grandes y pequeños
  • VLADI BRODZIANSKY: como hiciera en el partido de ida, de nuevo el eslovaco encontró un filón en el flojo juego interior estudiantil. Recibió balones, forzó faltas, buscó la anotación desde el poste bajo con grandes porcentajes (7 de 9 en tiros de 2) e incluso aportó un par de buenos triples. En defensa tuvo los problemas habituales (le cuesta un mundo llegar cuando su par sale a tirar triples, en rebote flojea siempre), pero si el Obra tuvo opciones de triunfo fue principalmente por la aportación ofensiva del eslovaco. 25+4+1 en 33 minutos, con 5 faltas provocadas, para 29 de valoración
  • ALBERT SÀBAT: no encontró casi nunca su sitio en la cancha ante un veterano Cook que era un hueso duro de roer. Sufrió la horrible salida del equipo y mejoró mucho sus prestaciones en los mejores minutos del Obra en la segunda mitad, aunque alguna pérdida en el pase, el desacierto en los triples y, sobre todo, el atasco ofensivo del equipo bajo su mando en los minutos finales ensombrecieron su actuación. En defensa los problemas de siempre en el 1x1, aunque también la habilidad para sacar alguna falta en ataque. 3+2+4 en 24 minutos, para 4 de valoración
  • KOSTAS VASILEIADIS: muy pocos minutos en cancha, sin duda debidos a sus problemas enormes para aguantar en defensa. Kostas ayudó con sus triples (3 de 8)  y sacando alguna falta de esas habituales en él, pero su sorprendente 2 de 5 en tiros libres deja claro que tampoco tuvo su día. En los minutos finales no estuvo en cancha, aunque tampoco así se consiguió frenar en defensa los 1x1 de Brizuela. 11+0 en 14 minutos, para 3 de valoración
  • KYLE SINGLER. mucho sufrimiento en el 1x1 defensivo con un Gentile superior en físico y que lo superó desde el poste bajo casi siempre. Kyle vio igualmente un filón sobre todo en el tercer cuarto para devolverle al italiano todo lo recibido en el otro lado de la cancha, y fue el bastión ofensivo del Obra previo a la remontada. Cuando regresó para los minutos finales hizo 2 faltas seguidas que lo eliminaron del partido y dejaron sin un referente al equipo para el momento decisivo. 14+3+1 en 19 minutos, con 4 pérdidas y 5 faltas provocadas, para 9 de valoración
  • NACHO LLOVET: el más sólido atrás (sobre todo en el rebote), interviniendo en los mejores momentos del equipo de la remontada (aunque también fue de los que se comió el parcial inicial), pero sin poder participar demasiado en ataque (solo 2 tiros de campo intentados). Las faltas limitaron sus minutos en cancha y eso siempre lo nota el Obradoiro. 4+8+2 en 19 minutos, para 9 de valoración
  • ANDY OBST: importante para devolver al Obra al partido tras el horrible inicio del equipo, con su racha de acierto en el tiro en el segundo cuarto. Le costó encontrar huecos para sus penetraciones (1 de 5 en tiros de 2) y, como en tantas ocasiones, esa racha de anotación fue la única aportación anotadora del alemán, que no anotó más en el resto del partido. Estuvo en los minutos finales para intentar frenar en defensa a Brizuela, pero está claro que no lo consiguió, siendo esta (la defensa puramente en 1x1, para la que tiene piernas y físico de sobra) una de las facetas en las que Obst tiene mucho que mejorar. 8+2+3 en 24 minutos, para 6 de valoración
  • BEN SIMONS: salió para intentar sus triples (3 de 8) e intentó aguantar el tipo en defensa, aunque en el emparejamiento con Gentile tenía todas las de perder. El norteamericano cumplió más o menos correctamente, aunque las carencias actuales del equipo (la menor aportación de Kostas, sobre todo) dejaron su aportación en poca cosa. 9+3 en 24 minutos, para 4 de valoración
  • NICK SPIRES: salió como titular para buscar algo de movilidad por dentro, pero la cosa no resultó bien (-14 con él en cancha). El sueco le puso las ganas habituales, peleando el rebote, pero sin dar soluciones en ataque ni acabar de ofrecer consistencia defensiva. Cumplidor, de todos modos. 2+5 en 19 minutos, para 3 de valoración
  • DAVID NAVARRO: lo volvió a intentar pero su aportación como base no da para mucho más que subir el balón y no cometer errores. Encontró algún buen balón interior y no perdió balones, pero una vez más a costa de perder su capacidad de ayudar en la anotación. Voluntarioso y con ganas de ayudar, como siempre. 0+2+4 en 16 minutos, para 3 de valoración
  • TRYGGVI HLINASON: unos minutos en el segundo cuarto en los que aprovechó un par de buenos balones bajo el aro y no cometió demasiados errores en defensa (sí, +5 con él en cancha). 4+3 en 10 minutos, para 8 de valoración
No pudo ser. El Obradoiro estuvo cerca en esta ocasión, pero le faltó un punto de aplomo y de calidad (en ataque y en defensa) para amarrar un partido en el que tras mucho navegar había conseguido llegar a una situación muy favorable para hacerse con el triunfo. Después de 7 años sin sufrimientos de última hora, por primera vez en toda esta época en ACB el Obradoiro llegará a la última jornada sin haber certificado todavia la permanencia en la categoría. Las posibilidades de descenso siguen siendo escasas, pero la sensación de que el objetivo no está cerrado va a tener en vilo a todos durante una semana que se va a hacer larguísima. Ganar al Barça en Sar parece una misión imposible, pero igualmente parece muy poco probable que el GBC consiga vencer en Illumbe a un Real Madrid que al igual que los azulgrana se jugará en la última jornada los puestos finales para los cruces de playoffs, y adicionalmente se tendría que dar una victoria del Estudiantes (que ya no se juega nada) en la cancha de un Joventut que se juega su plaza en playoffs y tendrá que salir a por todas. La lógica dice que el Obradoiro se va a salvar con esas escuálidas 11 victorias, pero la realidad es que la permanencia no está asegurada y habrá que sufrir hasta el último día. Esperemos que con final feliz.


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