domingo, 12 de mayo de 2019

Más cerca del abismo (79-90)

Nacho Llovet (foto: Obradoiro de Basket)

El Obradoiro sumó una nueva derrota en Sar en otra demostración de inferioridad manifiesta ante un CB Canarias que en todo momento dominó el partido a pesar de la lucha sin cuartel de unos jugadores locales que se vaciaron en la cancha. Los de Moncho Fernández resistieron en el primer cuarto gracias a los triples de Vasileiadis (18-16), que compensaban la clara superioridad aurinegra bajo los aros. Hasta ahí llegó el Obra, desarbolado en un segundo cuarto terrorífico por los jugadores de rotación rivales, que destruyeron a un débil equipo local carente de recursos para hacer frente a la situación y que encajaba un parcial desde iniciado al final del primer cuarto de 0-15 que ya nunca pudo ser remontado (18-31). El Obra sobrevivió hasta el descanso gracias a los 8 puntos de Andy Obst, aunque el -14 no invitaba a ser demasiado optimista (31-45). La salida del equipo, plena de garra a falta de mejores virtudes, permitió a Sar creer durante algunos minutos gracias a los triples de Sàbat (47-55), pero la calidad de Beirán y de unos Brussino y Bassas que destrozaban la débil defensa obradoirista devolvían a los nuestros a la triste realidad, 15 abajo al final del tercer cuarto (50-65). Chocando contra la superioridad rival y contra la propia impotencia y sin bajar del -10, la ventaja visitante se llegaba a ir a los 16 puntos (55-71), pero un arreón de corazón de los nuestros con un parcial de 17-5 a base de triples y Sar rugiendo daba opciones al milagro a falta de menos de 3 minutos (72-76). La reacción canaria, contundente con un parcial de 2-9, cercenó la última bala de los nuestros, que acumulan su décima derrota en los últimos 11 partidos, la séptima consecutiva. Con el triunfo de Murcia y a la espera de lo que hagan Estudiantes, GBC y Breogán, el Obradoiro se sitúa ya al borde del descenso con un record de 11-21 y dependiendo cada vez más de lo que hagan sus rivales.

Nueva finalísima para el Obradoiro, quizás la última que le quedaba antes de recurrir a carambolas milagrosas, que recibía en Sar a un CB Canarias en plena lucha por meterse en playoffs. Los visitantes, con la baja de Richotti, comenzaban el partido con San Miguel, White, Beirán, Abromaitis y Colton Iverson, mientras el Obra volvía a un quinteto más habitual con Sàbat, Vasileiadis, Singler, Brodziansky y Llovet. La primera jugada era un espejismo, moviendo bien el balón hasta meterlo en el poste bajo a un Brodziansky que sacaba falta y anotaba los libres, en los que iban a ser sus únicos puntos de todo el partido. Canarias atacaba con orden y encontrando siempre buenas posiciones de tiro, a pesar de una buena defensa del Obra que forzaba que sonara la bocina de final de posesión. Sàbat asistía al tirito corto de Llovet, pero los visitantes aprovechaban los cambios defensivos para obtener ventajas bajo el aro, con un Iverson que imponía su peso en la pintura para dominar con claridad. Un triple de Kostas tras bloqueo levantaba a Sar por unos segundos, pero el Obra sufría en defensa terriblemente, inferior en el 1x1 en todo momento y superado en el rebote por el rival. Singler anotaba un triple y una buena canasta bajo aro, y tras el tiempo muerto televisivo y un error clamoroso de Brodziansky bajo aro aparecían 2 triples más de Kostas que ponían al Obra 2 arriba (18-16), aunque el destrozo de San Miguel y Bassas jugando al mismo tiempo en cancha continuaba con Sebas Saiz remachando bajo al aro sin oposición para empatar el partido al final del primer cuarto (18-18).

El frágil andamiaje obradoirista se venía abajo de forma estruendosa en el inicio del segundo cuarto. Con la defensa naufragando ante las fáciles canastas en bandeja del Canarias, el ataque desaparecía también por completo con un desastroso David Navarro de base mientras el parcial visitante iba creciendo sin remedio. Saiz, Bassas y Brussino masacraban a un Obra hundido en la miseria, sumando un humillante 0-15 tras menos de 3 minutos de cuarto para un +13 en el marcador (18-31). Un solitario tiro libre de Obst rompía más de 4 minutos de sequía absoluta, pero el equipo estaba ya contra las cuerdas y solo sobrevivía por orgullo y corazón. De Zeeuw anotaba aprovechando un despiste defensivo, pero el coladero interior de nuestra defensa era continuo. El regreso a cancha de Sàbat permitía al Obra mejorar algo en ataque, con Obst anotando el triple saliendo de bloqueo, pero Canarias dominaba con comodidad y seguía sumando forzando faltas y anotando todos los tiros libres. Llovet lo daba todo en la cancha, asociándose con Obst para anotar bajo aro y taponando la entrada de Bassas, pero los bases rivales seguían rompiendo nuestra defensa con suma claridad para asistir a canastas fáciles bajo aro y elevar su ventaja a 16 puntos (27-43). Un par de penetraciones de Andy Obst, con una bandeja y 2 tiros libres tras recibir falta, dejaban al Obradoiro 14 abajo al llegar al descanso (31-45).

El Obra saltaba a cancha dispuesto a todo, sabedor de que por la vía habitual era muy inferior a su rival. A falta de mejores armas, los jugadores se lanzaban a un ejercicio de intensidad al borde de la agonía, pero que parecía dar frutos gracias al acierto de Sàbat en un par de triples frontales. Los problemas en defensa continuaban igualmente, con Canarias castigando los cambios y las superioridades en el 1x1, siempre con sensación de controlar sin problemas las embestidas de los nuestros. Kostas anotaba 2 de los 3 libres tras forzar falta y Sàbat clavaba su tercer triple consecutivo para bajar a -9 (42-51), pero la respuesta rival era siempre la misma, destrozando una defensa del Obra que al intentar subir líneas cometía graves errores, con el voluntarioso pero desacertado Spires ya en 4 faltas. Singler cazaba el rebote al triple errado por un desastroso Brodziansky para anotar bajo aro, pero Bassas seguía haciendo lo que quería en la cancha mientras el Obra solo resistía a base de coraje, con Llovet recogiendo un airball de Singler y anotando a pase de Max de Zeeuw. Una discutible técnica a San Miguel permitía a Kostas anotar un tiro libre para el -8 (47-55), pero la ansiedad de los nuestros les impedía más y de nuevo los visitantes cortaban el intento de reacción con lo habitual: Bassas cortando con facilidad y asistiendo para el mate sin oposición de Saiz. De Zeeuw machacaba con rabia tras el corte de Obst, pero la defensa hacía aguas ante un Bassas imparable que ponía 15 arriba a los suyos al terminar el cuarto (50-65). Tras 10 minutos de desgaste al máximo, el Obra todavía perdía por un punto más que al descanso.

La agonía continuaba en la pista, con los nuestros chocando contra el muro de la impotencia a pesar de vaciarse en cada jugada. Llovet aprovechaba un rebote en ataque para anotar y Obst anotaba un triple para bajar a -10 (55-65), pero otro par de triples liberados de los aurinegros dejaban en nada el enésimo arreón de los nuestros, ya 16 abajo (55-71). La remontada se veía quimérica cuando no imposible, por la diferencia en el marcador pero mucho más por la evidente inferioridad de un Obra sin recursos técnicos ni tácticos. Otro triple más de Obst daba un soplo de aire, y la pelea de un Spires que acababa de regresar a la cancha le daba un gran 2+1 tras pelear por su propio rebote. El sueco no alcanzaba un complicado alleyoop con Sàbat y Beirán clavaba un letal triple a un impotente Vasileiaidis, que respondía desde los 6,75 al instante. El Obra luchaba al límite, con Spires ya fuera por su quinta falta y sufriendo en defensa como en todo el partido, pero encontraba el cuarto triple de Sàbat para bajar a -7 con 4 minutos todavía por delante. Llovet se llevaba un trompazo de Iverson y la clara antideportiva era aprovechada por el catalán desde la línea de libres para ir a -5, con Sar bramando y soñando con el milagro. Sàbat perdía un pase decisivo y Beirán volvía a clavar el puñal desde el poste bajo, aunque Kostas anotaba un triple para poner al Obra a 4, con Sar creyendo y gritando al borde la histeria (72-76). Quedaban 3 minutos, pero tras el tiempo muerto visitante llegaba la dura y cruda realidad a la cancha: el base rival rompiendo al medio y dejando solo al 4 abierto para el triple lateral en otro error más en las ayudas. Sàbat recibía una rigurosísima técnica por simulación (parecida a la de minutos antes de San Miguel) y el 2+1 de Saiz en otro 2x2 demasiado fácil ponía a los canarios de nuevo 11 arriba, con menos de 2 minutos por jugar (72-83). Llovet luchaba contra lo imposible, pero ya no quedaba tiempo y San Miguel cerraba el ataúd obradoirista con un triplazo frontal que remataba al moribundo. Sar no recriminaba y seguía aplaudiendo el esfuerzo de los nuestros, pero ya sin esperanza alguna, y los segundos finales se desgranaban con un triple estéril de Kostas para cerrar la cuenta local. El Obra caía de nuevo, sin ni siquiera haber podido competir realmente por el partido y viendo cada vez más cerca un descenso que se empieza a ver como algo más que probable (79-90).

Datos a destacar
  • la impotencia de las últimas jornadas, un partido más. El Obradoiro actual es claramente inferior a sus rivales y esa es una dolorosa evidencia. El rival dominó individual y colectivamente el partido con suficiencia (76-107 en valoración conjunta), y solo los arreones de casta y corazón dieron momentos para creer en un milagro a una grada que animó hasta el final
  • la defensa, horrorosa de nuevo: cada 1x1 de los bases crea unos desequilibrios brutales y hace estragos, con multitud de canastas fáciles tanto debajo del aro como en triples liberados. Los bases rivales hicieron lo que quisieron (24 puntos y 12 asistencias entre ambos), aprovechando los cambios defensivos de los nuestros para obtener ventajas imposibles de parar. Un partido más, el rival jugando con pequeños nos crea unos problemas enormes en defensa y ataque
  • el ataque, sin movilidad y solo a base de rachas de triples (33 intentos de 3 por 20 de 2). Sin juego en el poste bajo ante la incomparecencia de nuestro interior clave en ataque, con unos apagones brutales al no tener un verdadero base de rotación y, fruto de la ansiedad y las necesidades, de nuevo un número excesivo de pérdidas (16). En tales circunstancias resultaba casi milagroso pensar en poder ganar a un equipo sólido y tan bien trabajado como el canario
  • el Obra resistió como pudo un cuarto, pero en cuanto tuvo que tirar de rotación se volvió a a venir abajo, con un 0-15 que ya nunca pudo remontar. Los secundarios de Canarias destrozaron a un Obradoiro que ya se estaba tambaleando con el marcador igualado, y en cuanto el equipo se paró en ataque (sin dirección ni acierto individual) la sangría defensiva rompió el partido sin remedio
  • NACHO LLOVET: su cara de impotencia y desolación durante y al final del partido evidencia el momento del equipo. Nacho luchó hasta el límite, trabajó en ambos lados de la cancha, se cabreó por los infantiles errores en las ayudas defensivas de sus compañeros y se vació en la pista sin obtener nada a cambio más que un continuo choque contra el muro de la realidad. Ahora mismo está casi solo por dentro y no puede llegar a tapar todo lo que sus compañeros dejan sin hacer (engañoso -19 con él en cancha). Numerazos sin premio, más allá del reconocimiento de la afición a su trabajo. 15+8+1 en 29 minutos, con 6 faltas provocadas, para 27 de valoración
  • ALBERT SÀBAT: en defensa impotente ante los bases rivales, ni en 1x1 ni en las ayudas. En ataque tiró del carro y buscó soluciones, con más ganas que acierto en ocasiones (muchas pérdidas). Sus triples en el tercer cuarto (4 de 6 en triples al final) y su ánimo intentaron levantar al muerto, y con sus pros y sus contras fue de los que lo peleó hasta el final, incluso pasándose de intensidad y ansiedad en más de una ocasión. Muy solo en su puesto (+2 con él en cancha). 12+3+8 en 30 minutos, con 5 pérdidas, para 16 de valoración
  • KOSTAS VASILEIADIS: sigue lejos de su mejor forma física, pero su carácter le llevó a asumir la responsabilidad de llevar al equipo adelante. Sus triples en el primer cuarto mantuvieron la cosa igualada hasta el 0-15 decisivo, y en los intentos heroicos de la segunda mitad estuvo siempre al frente sin esconderse. En defensa volvió a ser un coladero, emparejado con pequeños que lo destrozaban por velocidad una y otra vez. Quiso hasta el final (+3 con él en cancha), pero más con corazón que con acierto (6 de 15 en triples). 22+2+4 en 29 minutos, para 15 de valoración
  • KYLE SINGLER: demasiado poco una vez más para un jugador que se esperaba diferencial en nuestro equipo. Muchos problemas atrás con los cambios defensivos que lo dejaban con Iverson, pero también en las ayudas con pequeños. En ataque tomó pocas decisiones, sin buscar ventajas en el poste bajo y sin amenazar con un tiro exterior tan errático como el que tiene. Esfuerzo no le falta, pero en este momento tan complicado no tiene la claridad de ideas para ayudar un poco más. 7+3+2 en 25 minutos, para 7 de valoración
  • VLADI BRODZIANSKY: desastre sin paliativos. Apático y desnortado en defensa, desaparecido en ataque (apenas 3 tiros de campo, uno de ellos triple, todos errados). Un agujero negro en el equipo inexplicable en un jugador que había sido uno de los sostenes del Obra durante 2 tercios de la temporada y que se ha venido abajo de manera incomprensible. Esta vez ni siquiera maquilló sus números al final, con una sensación preocupante de estar totalmente perdido en la cancha ahora mismo. 2+2+1 en 30 minutos, para 1 de valoración
  • ANDY OBST: sin acabar de tomar el mando del todo, al menos fue de los que aportó en ataque de una manera más sólida. Se quedó casi solo en el terrible segundo cuarto del equipo, intentando sus triples y sus penetraciones para dar aire al moribundo Obra. Volvió a mirar al aro con acierto en la segunda mitad en los repetidos intentos de bajar la desventaja, aunque en defensa tampoco pudo cortar la hemorragia generada por los 2 bases rivales con sus splits por el centro de la zona. Aún así, de lo más salvable del equipo, en realidad el único jugador de rotación que ayudó a buen nivel. 14+2+2 en 19 minutos, para 16 de valoración
  • NICK SPIRES: muchas ganas, gran actitud y determinación para intentar cosas, pero también problemas para tapar los enormes huecos en el interior. Acabó cargándose de faltas con excesiva velocidad, pero resulta curioso ver ese +8 en los pocos minutos que estuvo en cancha. 3+3 en 11 minutos, para 0 de valoración
  • MAX DE ZEEUW: en defensa lo pasa fatal por falta de físico y velocidad. En ataque no tuvo grandes opciones y se vio inmerso en los momentos más oscuros del juego del equipo. Escasa aportación para un Obra tan necesitado en tantas facetas del juego. 4+1+1 en 10 minutos, para 3 de valoración
  • DAVID NAVARRO: no, David no puede ser un base a "tiempo completo". Sube el balón, pero el equipo se atasca totalmente bajo su mando (otra vez 0 asistencias), pierde balones y al estar como 1 deja de producir en ataque lo que mejor sabe hacer jugando como escolta (penetraciones y suspensiones de media distancia). En defensa se vio destrozado por la pareja de bases rivales y cada vez que estuvo en cancha el equipo se vino abajo de forma estruendosa (-15 con él en cancha). Sería injusto cargar las tintas contra el valenciano, que siempre trabaja y da todo lo que tiene, pero no se puede negar tampoco la realidad. 0+0 en 10 minutos, con 3 pérdidas, para -5 de valoración
  • BEN SIMONS: fuera de forma, muy lejos de poder ayudar con sus tiros y con sus limitaciones conocidas en defensa, el norteamericano no tuvo apenas minutos en un partido en el que además el juego con pequeños del rival todavía le ponía más complicada la tarea. 0+0 en 7 minutos, para -5 de valoración
Cada vez se ve más de cerca el abismo. La inercia del equipo hace que pensar en conseguir una victoria en los partidos que restan se perciba como una posibilidad poco realista. Las cuentas empiezan a pasar por esperar que al menos 2 equipos no lleguen a las 11 victorias en que lleva estancado más de 2 meses este Obradoiro en caída libre. Con Murcia ya por encima y a la espera de lo que hagan en sus partidos GBC, Estudiantes y Breogán, el Obradoiro ha dilapidado por completo todos los ahorros que había conseguido juntar hasta marzo (con un record de 10-11 que parecía presagiar incluso metas elevadas), pero lo peor de todo es que en estos momentos el equipo es, seguramente, el peor de la liga y con bastante claridad. Hace semanas que el Obra ni siquiera es capaz de competir por los partidos, y resulta doloroso recordar aquel +21 en Sar contra Fuenlabrada que se derrochó de una manera tan absurda y que ahora permitiría al menos tener los deberes de la permanencia hechos. El partido de la próxima semana, en cancha de Estudiantes, puede ser un auténtico drama en el que el derrotado se vea ya en LEB sin remedio, y la dinámica de los nuestros (sin que la del Estudiantes sea mucho mejor) no invita para nada al optimismo. Confiemos en un milagro, porque al paso que vamos eso es lo único que va a poder salvar al Obra de un descenso tan inesperado como cercano.


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