domingo, 24 de diciembre de 2017

Decepción (95-67)

Nemanja Radovic (foto: ACB FotoClick)

El Obradoiro volvió a sucumbir un año más al peso de la historia y acabó cayendo contundentemente en la cancha del Estudiantes, complicando todavía más las cuentas para la clasificación copera. Los de Moncho Fernández comenzaron bien, basando su juego de ataque en el dúo interior Radovic-Pustovyi hasta un esperanzador +9 en el marcador (7-16), pero la inesperada irrupción de Darío Brizuela volteó la dinámica del partido por completo y un durísimo parcial de 23-3 ponía a los locales 11 arriba a los 2 minutos del segundo cuarto (30-19). El Obra todavía resistió hasta el descanso aprovechando el acierto en ataque de Nick Spires (46-36), pero de nuevo otro protagonista inesperado, en este caso Víctor Arteaga, comandó la ruptura definitiva local ante un Obra sin recursos y hundido en la cancha. La ventaja estudiantil ya se mantuvo en el entorno del +30 hasta el final de un partido decepcionante de los nuestros, que reafirma la condición de visita "maldita" que tiene el conjunto estudiantil para el Obradoiro. Con esta derrota, la cuarta consecutiva, el Obradoiro resiste apuradamente con un record de 7-6 en la octava plaza de la clasificación, a la espera del partido aplazado del Unicaja malagueño.


Visita prenavideña del Obradoiro a su rival "maldito", un Estudiantes que todavía aspiraba a meterse la lucha copera en caso de victoria sobre los nuestros. Los locales, con la baja de Caner-Medley en sus filas, comenzaban el partido con Cook, Cvetkovic, Landesberg, Suton y Arteaga, mientras el Obra lo hacía con Pozas, Thomas, Bendzius, Radovic y Pustovyi. El partido comenzaba muy bien para los nuestros, con Radovic dominando en ataque y anotando hasta 3 canastas consecutivas y destrozando en el juego de espaldas a Suton. Pustovyi intimidaba en defensa y el Obra añadía a Bendzius y sobre todo a Thomas al arsenal ofensivo. Un par de buenos tiros y otros 2 tiros libres más del norteamericano ponían, sumados al tercer tapón de Pustovyi, lanzaban a los de Moncho Fernández en el marcador hasta un interesante +9 (7-16) pero, cuando todo parecía fluir incluso con facilidad, la situación se torcía repentinamente en la cancha. Brizuela penetraba con talento y rompía como la mantequilla nuestra floja defensa, el Obra se empezaba a olvidar de meter buenos balones dentro y el parcial local comenzaba a crecer poco a poco. Pustovyi cometía una falta antideportiva en media cancha y sumaba la segunda instantes después, Thomas se hundía en la defensa de un inspirado Brizuela (ya en 9 puntos) y solo un mínimo oasis en forma de aparición fugaz en buen pick and roll de Nacho Llovet era la escueta respuesta del Obra en unos minutos nefastos en ataque y defensa. Con nuestro equipo desnortado en la cancha, un triple de Hakanson cerraba el cuarto con un brutal 18-3 que ponía a los locales ya 6 arriba (25-19).

El parcial en contra seguía abierto al inicio del segundo cuarto. Sin tiro exterior, con Simons retornando a sus porcentajes previos a su explosión contra el Madrid y la defensa constantemente desbordada por la movilidad de los pequeños del Estudiantes, Hakanson seguía excavando en el foso obradoirista con un lejano triple y elevaba la renta local por encima de los 10 puntos (30-19). Simons sufría en la defensa interior con un Brown casi 15 centímetros más alto, mientras que la defensa local destrozaba a los nuestros, casi incapaces de tirar siquiera a canasta. Laksa conseguía una sufrida penetración lateral, pero de nuevo Hakanson masacraba a un impotente Sàbat con otra fácil penetración para forzar el tiempo muerto obradoirista. La entrada en cancha de Nick Spires le daba un poco de aire en ataque al equipo, con un bonito alleyoop lanzado por Sàbat, aunque Alec Brown seguía campando a sus anchas en los missmatches de nuestra defensa y todavía le quedaban fuerzas para clavarle un doble tapón a un inocente Spires. Al menos las diferencias se estabilizaban y permitían soñar con un atisbo de reacción de los nuestros, con un matazo de Spires al que sin embargo seguían un par de faltas consecutivas del sueco. El Obra seguía sin dar señales de reacción ante la gran defensa estudiantil, por más que Spires anotara un triple que compensaba solo parcialmente el doble acierto desde los 6,75 del killer local Landesberg, el segundo con falta incluida de Spires (44-32). Radovic intentaba volver a tomar protagonismo en ataque, pero los errores desde la línea de libres minimizaban su aportación y, a pesar de otra aparición fugaz de Thomas en buena puerta atrás a pase de Pozas y de un par de intentos de trampas defensivas, Brown hurgaba en la herida bajo nuestro aro con otra canasta más con el añadido de la falta. El Obra se iba al descanso 10 abajo tras un tiro libre de Radovic, pero más allá del marcador las sensaciones en la cancha eran más bien lúgubres (46-36).

Todo era susceptible de empeorar. El Obra aguantaba un minuto escaso en pie tras el paso por los vestuarios, con una buena suspensión lateral de Thomas para bajar a 8 la desventaja (48-40). Sin embargo, el triple con escasa oposición de Suton daba inicio a la debacle definitiva. Arteaga se hacía un gigante ante Pustovyi en ambos lados de la cancha, Radovic ya no podía con Suton y el Obra carecía de rebote, consintiendo que Arteaga siguiera sumando sin remedio a pesar de los desesperados intentos desde el banquillo por parte de Moncho Fernández. Suton destrozaba a Radovic y cerraba un parcial de 13-0 con una doble acción de 3 puntos para darle un contundente +21 a los suyos (61-40), cortado por un aislado triple de Bendzius que no hacía cambiar para nada el negro panorama. En efecto, otro nuevo parcial local de 9-0 comandado por un Arteaga en estado de gracia y culminado por un Brown que clavaba un triple nada más volver a la cancha subía un humillante +27 al marcador ante un Obra en el que incluso Moncho Fernández se llevaba una técnica fruto de la impotencia ante el horrible día del equipo (70-43). En medio del desastre surgía como casi único motivo de alivio la aparición de un Corbacho necesitado de buenas acciones para alimentar su maltrecha autoconfianza. Un par de canastas del mallorquín y la permanente pelea de Llovet eran de lo poco que podía ofrecer un Obra irreconocible tanto en ataque como todavía más en defensa, que ya solo podía esperar que se terminara la agonía sin que su rival hurgara mucho más en la herida. El tercer cuarto concluía con el partido sentenciado y una ventaja local de 24 puntos, incluyendo el triple final no concedido a Navarro por estar fuera de tiempo como golpe de gracia añadido al drama que se vivía en la cancha (74-50).

Sin ánimos para hacer nada más que dejar pasar los minutos y con Navarro de base, el Obra encontraba un mate de Spires tras corte de un Navarro que añadía una forzada penetración para bajar la desventaja a "solo" 22 puntos (76-54). Pero la fosa volvía a profundizarse con otra andanada local ante la flojísima defensa obradoirista y ante un ataque igual de horrendo, y con otro 12-2 superaba ya la barrera de los 30 puntos de diferencia (88-56). Los cambios de jugadores no modificaban nada mientras los jugadores del Estudiantes se divertían en la cancha ante la nula oposición de los nuestros. El equipo bajaba los brazos del todo y ni siquiera conseguía maquillar un poco el resultado, a pesar de un triple de Simons y del esfuerzo alternando cal y arena en individual de Bendzius. El triple final de Matt Thomas cerraba un partido desastroso que será mejor olvidar lo antes posible (95-67).

Datos a destacar

  • desastre total. Mal en ataque, con solo unos minutos iniciales en los que se buscó a los interiores con cierto éxito. Sin tiro exterior, perdiendo groseramente la batalla reboteadora (42-34, con ¡18 rebotes ofensivos! del Estu), llegando siempre tarde en defensa y con el paso de los minutos mostrando una actitud deprimente en la cancha. Todo salió mal en el habitual partido horrible que suele hacer el Obra cuando visita al Estudiantes
  • el rival hizo lo que quiso con el Obra. Parciales sonrojantes destrozando una defensa flojísima, nuestros jugadores superados en conjunto y en individual, pero sobre todo una sensación deprimente en la cancha incluso cuando todavía el marcador no era tan abultado. Todo lo contrario a lo disfrutado apenas 6 días antes en Sar contra el Real Madrid
  • NACHO LLOVET: en medio del desastre fue de los pocos que se resistió un poco más a bajar los brazos. No es que hiciera un gran partido, pero al menos intentó hacer cosas cuando más arreciaba la tormenta. 6+6 en 20 minutos, con 9 faltas provocadas, para 15 de valoración
  • PEPE POZAS: superado por Cook casi siempre, solo unos minutos más o menos aseados al principio y un par de buenos pases interiores, sin aportación individual en ataque. 0+1+3 en 22 minutos, para 1 de valoración
  • MATT THOMAS: apariciones fugaces para acabar haciendo sus números en ataque, pero sin lograr ocultar el desastre defensivo ante un Brizuela que se lo comió en el primer parcial en contra del final del primer cuarto. Otra vez muy bien defendido, sufriendo mucho para fabricarse sus propios tiros. 13+2 en 24 minutos, para 13 de valoración
  • EIMANTAS BENDZIUS: quizás fue el que más peleó hasta el final a pesar de la paliza. En los minutos finales intentó hacer la guerra por su cuenta en ataque, pero en defensa es de los que menos mal lo hizo. 11+4 en 26 minutos, con 3 pérdidas y 4 faltas provocadas, para 12 de valoración
  • NEMANJA RADOVIC: comienzo espectacular que se quedó en nada y acabó de manera desastrosa. Se comió a Suton en los minutos iniciales y hasta ahí le llegó la gasolina. En defensa acabó recibiendo con creces todo lo que le había hecho al pivot local y colaboró activamente en la horrible defensa del equipo, incluyendo la dejadez en el rebote defensivo. 10+5 en 19 minutos, para 9 de valoración
  • ARTEM PUSTOVYI: empezó bien, taponando y creando problemas al rival, pero tras cometer 2 faltas seguidas desapareció del partido. Cuando regresó en la segunda mitad ayudó a que Arteaga pareciera un pivot NBA, haciendo aconsejable su vuelta al banquillo en espera de mejores días. 2+5 en 14 minutos, con 3 tapones, para 5 de valoración
  • MARTINS LAKSA: sin acierto desde fuera, con las ganas habituales en la cancha pero sin encontrar su lugar en defensa, más o menos como todos sus compañeros por otra parte. 4+2 en 15 minutos, para 1 de valoración
  • DAVID NAVARRO: mal en el tiro (1 de 7 en tiros de campo), superado en defensa como el resto de sus compañeros y más o menos correcto en sus minutos como base con todo ya sentenciado. 2+3+4 en 15 minutos, para 0 de valoración
  • NICK SPIRES: a veces algo inocente (esos tapones que le colocó Brown), acusando una clara flojedad en defensa, pero aún así volvió a mostrarse en ataque tanto en el pick and roll como en algún tiro exterior. Dentro de lo malo del partido, el sueco aportó unos mínimos destellos interesantes. 10+1 en 14 minutos, para 4 de valoración
  • BEN SIMONS: 1 de 7 en tiro, de vuelta a la realidad tras los 7 triples ante el Madrid. En defensa lo pasó fatal ante su inferioridad física y la enésima demostración de que no es un 4 (nulo en el rebote). Vive de su tiro, y si no le entra le cuesta mucho aportar otras cosas al equipo. 5+0 en 12 minutos, para -4 de valoración
  • ALBERT SÀBAT: preocupante el nivel del base catalán, sin aportación ofensiva ni claridad en la dirección, pero sobre todo con unos problemas en defensa que crean desequilibrios con el más mínimo bloqueo directo que recibe su par. Tiene que resetear urgentemente, porque ahora mismo es un jugador perdido para la causa. 0+0+2 en 11 minutos, para 0 de valoración
  • ALBERTO CORBACHO: intentó tirar del carro en ataque en sus minutos en cancha, pero ahora mismo no da la sensación de tener piernas (y quizás tampoco cabeza) para hacer algo así. En defensa estuvo al nivel del resto, llegando tarde casi siempre. A un jugador tan querido por todos como el mallorquín duele especialmente verlo así, pero ahora mismo la realidad es la que es. 4+2 en 7 minutos, para 4 de valoración
El Obradoiro se hundió de una manera muy grosera en cancha del que ya es un rival directo por el objetivo copero, además con un -28 que deja a los nuestros en muy mala situación en caso de empates al final de la primera vuelta. Ahora mismo, y con el pobre nivel mostrado es este partido, el equipo tiene que aparcar objetivos que vayan más allá de limpiar mentes y centrarse únicamente en el siguiente partido. Las 4 derrotas consecutivas, pero más que eso la malísima imagen del equipo en esta jornada, aconsejan olvidar por un par de días los problemas y resetear la mala dinámica del colectivo para recuperar las sensaciones que hace apenas un par de semanas hacían soñar con grandes metas. El tiempo dirá si el desastre vivido en cancha del Estudiantes queda como un lunar aislado en una hasta el momento brillante temporada o si se trata de algo mucho más preocupante.


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