domingo, 19 de marzo de 2017

El Obradoiro hace lo imposible (90-83)

(foto: Obradoiro de Basket)

El Obradoiro destrozó todos los pronósticos lógicos y derrotó al Real Madrid tras un encuentro en el que los de Moncho Fernández pasaron poco a poco de víctimas propiciatorias a rival correoso y, finalmente, a verdugo ejecutor de un equipo rival que no pudo culminar su remontada en los últimos minutos. El Obra resistió en los primeros minutos el tirón inicial de Doncic y Llull que amenazaba con romper el partido, y consiguió enmarañar el juego en el segundo cuarto para frenar a los merengues y llegar a ponerse a un solo punto de diferencia al descanso (37-38). El tercer cuarto trajo una asombrosa borrachera triplista de los nuestros, con 7 triples consecutivos sin fallo que dieron al Obra una ventaja de hasta 9 puntos ante un Madrid desbordado por la situación (64-55). La lógica reacción madridista fue apretando poco a poco el marcador ya en el último cuarto, aunque el Obra mantenía pequeñas ventajas gracias al enorme trabajo colectivo y el acierto puntual de Bendzius. Un triple de Llull hacía temer a Sar por la victoria a falta de 2 minutos (79-80), pero los nuestros supieron manejar mejor las últimas posesiones de la mano de un inspirado McConnell y acabaron sentenciando el partido en el minuto final desde la línea de libres. Con esta victoria, el Obradoiro consigue sumar ya 7 y vuelve a meterse de lleno en la pelea cerrada por evitar la penúltima plaza de la clasificación.

Un Obradoiro muy tocado tras los acontecimientos de las últimas jornadas volvía a Sar con las novedades en la convocatoria del recuperado Txemi Urtasun en sustitución del lesionado Matulionis mas los recién fichados Aleks Maric y David Barlow. El Real Madrid llegaba en medio de una crisis de resultados con todo su equipo al completo ante una caldeira de Sar casi llena y con ganas de ver a los nuestros competir en un partido que se antojaba imposible. Pablo Laso sacaba de inicio a Llull, Doncic, Taylor, Randolph y Ayón, mientras Moncho Fernández apostaba por McConnell, Dulkys, Bendzius, Whittington y Pustovyi. El Obra salía sin complejos de inicio, con Whittington acertando en una suspensión lateral media y McConnell buscando una y otra vez bajo el aro madridista a Pustovyi, aunque el Madrid parecía no sufrir demasiado para dominar el marcador gracias al inabarcable talento ofensivo de Llull y Doncic. El Obra competía en campo abierto en clara inferioridad, sin tiro exterior a pesar del buen movimiento de balón, aunque mantenía igualada la lucha por el rebote y resistía a pesar del acierto triplista de la pareja letal del Madrid. Mickey McConnell conseguía un buen 2+1 tras penetración y Pustovyi seguía siendo alimentado por sus compañeros para superar con contundencia a Ayón y mantener al Obra en cortas distancias en el marcador (13-15). Pustovyi se iba al banquillo con una herida en una pierna, dando entrada al redebutante Maric. Sin la torre obradoirista, el equipo perdía su mayor sostén en ataque y sufría para mantener el intercambio anotador con el rival, pero por fin aparecía el acierto exterior en los nuestros y un par de triples de Whittington y Bendzius compensaban los buenos minutos en ataque de un Luka Doncic letal desde la distancia. Santi Yusta entraba en el partido con una gran penetración, pero de nuevo el jovencísimo genio esloveno castigaba la defensa de McConnell con una buena penetración y una bandeja en contraataque tras pérdida de Yusta que le daban a los blancos una renta máxima de 7 puntos al terminar el primer cuarto (21-28).

La amenaza de ruptura sobrevolaba Sar al inicio del segundo cuarto, con el Obra muy parado en ataque y la segunda unidad madridista haciendo crecer las distancias de forma peligrosa. Una protestada falta de Yusta sobre el intento triple de Carroll levantaba por unos instantes la furia de un Sar que seguía animando, pero el Obra se resentía con su segunda unidad y no podía mantener el ritmo en ataque, incapaz casi de siquiera tirar a canasta. Un forzado triple sobre el límite de posesión de Pozas era la escuálida respuesta del Obra a un Madrid que se iba de manera cómoda ya al +10 tras un canastón de Rudy Fernández (24-34). Sin embargo, los de Moncho Fernández conseguían poco a poco enmarañar el partido con largas posesiones ante un rival que se frenaba en seco. Pustovyi volvía con una trabajada canasta en gancho, con el juego perdiéndose entre errores varios en ambas canastas y duras peleas por cada balón suelto. Era, sin duda, el escenario más propicio para los nuestros, que con el apoyo de la grada se mantenían con vida en el filo de la navaja. Dulkys seguía negado en el triple y Pozas compensaba una pérdida forzando la falta de ataque de Draper, pero en defensa cerraba bien el rebote y no permitía jugar con fluidez a un Madrid que parecía no querer tampoco esforzarse al máximo ante su clara superioridad. Con el marcador parado en el 26-36 durante varios minutos, una antideportiva de Rudy sobre Pepe Pozas cambiaba el panorama en el tramo final del cuarto. El malagueño anotaba los libres y daba inicio a un parcial de 11-2 a base de aprovechar al máximo los tiros libres y de seguir sacando partido de la buena defensa y de la caraja generalizada de los jugadores madridistas. Llovet era el más listo de la clase, obteniendo beneficio para el equipo en ambos lados de la cancha, y Bendzius sumaba su segundo triple para hacer soñar a la grada con al menos competir un ratito más por el partido. Sar se revolucionaba recordando gestas pasadas con un colosal Pustovyi que taponaba a Hunter y machacaba el aro rival tras enorme pase de McConnell para cerrar el cuarto y poner al Obra a tan solo 1 punto del todopoderoso rival (37-38).

Se temía por el inicio del tercer cuarto ante la previsible reacción del rival, pero Sar iba a vivir algo asombroso en unos minutos mágicos y locos. Todos los males de los últimos meses del equipo desde la línea de 6,75 desaparecían de golpe, como por arte de magia. El hasta entonces inédito Dulkys anotaba un gran triple en catch and shoot y después otro aún más lejano para enloquecer a la caldeira. La defensa seguía peleando al máximo, aunque sufría con la defensa de los triples laterales que permitían al Madrid salvar mínimamente la cara ante la avalancha que le estaba cayendo encima. Bendzius se sumaba a la fiesta con otro triple más, y la respuesta de Randolph era a su vez contestada desde detrás de los 6,75 por McConnell. Con Sar instalado en una locura absoluta, el Madrid anotaba triples pero el Obra estaba en estado de gracia, con otro triplazo desde casi 8 metros de Dulkys y todavía otro más de Whittington, el sexto consecutivo sin fallo. Las pérdidas en media cancha de los nuestros permitían al Madrid aguantar el tirón con canastas fáciles, pero McConnell mantenía a raya a los blancos con una gran suspensión de media distancia y Bendzius clavaba el séptimo triple consecutivo en el cuarto de un Obradoiro que se iba ya de 8 puntos (60-52). Los triples laterales seguían haciendo daño a los nuestros, pero el intento zonal rival era superado por un Whittington que cargaba el rebote ofensivo con éxito y un robo de Dulkys culminado en bandeja por un McConnell que seguía sumando. Otra canasta tras rebote de ataque de Whittington devolvía la máxima de +9 a los nuestros (66-57), aunque el Madrid seguía muy vivo y de la mano de Rudy, con un robo para bandeja en contraataque de Ayón y un triple, apretaba de nuevo el marcador. McConnell seguía destrozando la primera línea de la zona madridista y le metía otro balón de oro a Pustovyi, yéndose al banquillo a descansar tras cometer en ataque su tercera falta en un bloqueo. Dulkys seguía hiperactivo en defensa, robando otro balón más, y aunque la efervescencia triplista del Obra había llegado a su fin el tercer cuarto finalizaba con un impensable +6 para los locales (68-62).

Sar empezaba a creerse que lo imposible estaba al alcance de la mano, pero quedaba aún mucho por remar. La épica pelea entre Nacho Llovet y Felipe Reyes ejemplificaba cuál era el camino a seguir por los nuestros, que resistían los arreones madridistas con posesiones largas y peleas al máximo por cada balón suelto. Maric ganaba in extremis un rebote de ataque y Bendzius sacaba premio a su intento triple con la falta de Rudy y los 3 tiros libres aprovechados. Carroll era como casi siempre un dolor de muelas para nuestra defensa, pero el Obra aguantaba el tirón a pesar de su evidente espesura en ataque gracias a una trabajada canasta de Txemi Urtasun. Llovet seguía aportando en positivo de manera continua, ahora con un taponazo al intento triple de Carroll, aunque Bendzius se precipitaba con un triple errado en transición que habría supuesto el +10. Carroll y Rudy reducían en un instante al mínimo la ventaja local, pero McConnell volvía a la acción cortando y doblando para la canasta bajo el aro de Llovet. El 2+1 de Doncic sobre Dulkys seguía apretando el partido con poco más de 4 minutos por delante, mientras que al Obra cada vez le costaba más trabajo encontrar soluciones en ataque. Sar sufría y disfrutaba por igual ante lo que estaba viviendo, con Llovet sumando desde la línea de libres y Bendzius regresando a la acción con una gran penetración (79-74). Pustovyi taponaba pero cometía pasos en la siguiente jugada, aunque parecía que el milagro estaba más cerca que nunca. Sin embargo, todavía quedaba mucho que sufrir, ya que el Madrid daba la vuelta al partido en un visto y no visto con un 2+1 de Hunter y un triple de Llull que silenciaban por unos segundos la caldeira con menos de 2 minutos de juego por delante (79-80). Era el momento de Mickey McConnell, que tomaba las riendas y anotaba una gran suspensión de 3 metros en el momento más difícil. Llovet saltaba al intento de triple lateral de Randolph pero los árbitros no pitaban nada y McConnell sumaba a medias en el siguiente ataque desde la línea de libres al entrar en el último minuto (82-80). La habitual solución blanca de recurrir a Llull no funcionaba en esta ocasión y Nacho Llovet ganaba el rebote. El catalán penetraba tras una larga posesión y erraba la bandeja a aro pasado, pero Bendzius se llevaba el rebote y recibía falta en su caída. El milagro ya estaba ahí y únicamente había que mantener la calma para anotar los tiros libres ante las desesperadas faltas rivales, incluida la técnica a Llull por protestar. La sangre fría de Bendzius y McConnell desde los 4,60 sentenciaba la victoria obradoirista, la séptima de la temporada y sin duda la menos esperada de los últimos años. La fiesta en Sar duraba muchos minutos más, con los jugadores regresando de los vestuarios para saludar a los aficionados, y la esperanza del obradoirismo volvía nuevamente a su punto álgido en esta temporada plena de vaivenes (90-83).

Datos a destacar
  • la apoteosis en el momento más inesperado. Un Obra más tocado que nunca tras las últimas semanas afrontaba el partido ante el Madrid como víctima propiciatoria y acabó por conseguir una victoria de las que quedan para la historia. Equipo y afición se merecían algo así después de unos meses en los que todo están siendo desgracias e infortunios. La alegría desbordada tras el triunfo ha de ser el mejor combustible para afrontar el decisivo tramo final de la temporada
  • el Obra resistió de inicio, con sus problemas habituales en el triple pero buscando buenas opciones en ataque. Aguantó el acierto ofensivo rival del principio hasta que consiguió parar el partido y llevarlo a su terreno antes del descanso (0 de valoración del Madrid en el segundo cuarto). La catarata triplista del inicio del tercer cuarto permitió al equipo adquirir unas rentas que a pesar de las dificultades supo gestionar hasta el final gracias al esfuerzo colectivo y las buenas decisiones en ataque bajo presión
  • ¡110-74 en valoración! ¡35-22 ante el mejor rebote de la liga! 56% en tiros de 2, ¡52% en triples!, 91 en libres. Muchas pérdidas (22), permitiendo canastas fáciles rivales, pero compensadas por el enorme acierto en el resto de facetas del juego. El equipo creció en defensa con el paso de los minutos, supo leer casi siempre bien el ataque y tuvo una fe inquebrantable en una victoria por la que nadie daba un euro
  • MICKEY McCONNELL: sufre en defensa (lo pasó mal en el primer cuarto con Doncic), a veces pierde balones tontos en el pase, pero una vez más fue el líder del equipo, cogiendo las riendas del partido cuando más difícil era la situación y dando un recital de pases a nuestros interiores. Llevo el ritmo del juego al gusto del equipo, se buscó la vida para anotar cuando apretaba más la presión y fue, en definitiva, el mejor del equipo en un partido histórico. 17+1+12+2, con 4 pérdidas y 7 faltas provocadas, para 29 de valoración
  • DEIVIDAS DULKYS: comenzó el partido como una continuación de jornadas pasadas, sin acierto ni confianza en ataque y con tendencia a perderse en defensa. Y de repente, tras el descanso, volvió en su mejor versión: 3 triplazos letales en medio de la locura de Sar, trabajo a destajo en defensa con anticipación y pelea al máximo y una victoria final que hay que esperar que le haga dejar atrás esta horrible racha de juego que ha sufrido en los últimos tiempos. 9+3+3+2, con 3 pérdidas, para 10 de valoración
  • EIMANTAS BENDZIUS: inasequible al desaliento, el stajanovista del equipo, sin apenas descanso (33 minutos en cancha). Enorme pelea en defensa, con rebotes y lucha en el cuerpo a cuerpo, acierto en el triple (4 de 8 desde los 6,75) y seguridad total desde la línea de libres en los momentos más calientes. Alguna mala lectura en ataque no empaña otro partidazo más del alero lituano, de nuevo fundamental para el triunfo final (con él en cancha, +18 en la estadística del +/-). 21+5, con 4 pérdidas, para 16 de valoración
  • SHAYNE WHITTINGTON: jugando definitivamente como 4, le costó aparecer en ataque ante un Randolph mucho más veloz que él, pero peleó bien atrás, fue al rebote con éxito en ambos aros (2 rebotes ofensivos con canasta posterior fueron claves) y sumó un par de triples en momentos importantes. Sólido, concentrado y sin cometer apenas errores, en una línea muy positiva para el equipo. 12+7+2 para 16 de valoración
  • ARTEM PUSTOVYI: hasta el festival triplista del tercer cuarto fue el arma más fiable y consistente del ataque obradoirista. Cada vez más aprovechado en la conexión con un McConnell que lo surtió de balones continuamente, el ucraniano no cometió errores en forma de faltas tontas, no salió a flashes imposibles y añadió su habitual intimidación bajo el aro para ser otro de los importantes del equipo un día más. Solo alguna pérdida por violación empañó mínimamente el gran partido del gigante ucraniano. 14+4+1, con 4 pérdidas, para 14 de valoración
  • NACHO LLOVET: el héroe silencioso del partido. Enorme trabajo del catalán en ambos lados de la cancha. Durísimo en defensa (espectacular lucha con Reyes), peleando rebotes, saltando a cambios y mostrando una intensidad máxima en todo momento. En ataque supo leer bien las situaciones favorables, sacando faltas y dando soluciones en momentos de atasco. Y, además, mostró de nuevo un ascendiente indidable sobre sus compañeros, dirigiendo y ayudando en la cancha en todo momento. El mejor Llovet de la temporada se merecía un triunfo como este. 8+5, con 5 faltas provocadas, para 17 de valoración
  • TXEMI URTASUN: regresaba al equipo tras otra nueva lesión y ayudó con su veteranía. Sin estar ni de lejos en un buen estado físico, supo sacar partido de su experiencia y ayudó con una canasta importante cuando el Madrid apretaba en el marcador. Sufrió en defensa por falta de piernas, aunque estuvo listo para robar algún balón. Le falta mucho para dar todo lo que él podría, pero esperemos que en esta ocasión pueda ir creciendo en el equipo sin nuevos contratiempos físicos. 2+2+2 para 2 de valoración
  • ALEKS MARIC: el retorno del pivot australiano fue positivo más por lo que dejó ver para futuros partidos que por lo expuesto en este. Algo lento de movimientos (tampoco esperemos mucha más velocidad en el futuro), sin embargo ya se pudo ver rebote, algún buen bloqueo y alguna situación interesante en la que puede dar solidez al equipo en la pintura en ambos lados de la cancha. Será de ayuda en la parte final de la temporada, no cabe duda. 0+4 para 1 de valoración
  • PEPE POZAS: sólido, intenso y aguantando al equipo en la fase más crítica del partido, 10 abajo en el segundo cuarto. Dio un muy buen descanso a McConnell tras la catarata de triples del tercer cuarto, manteniendo al equipo por delante sin cometer errores, y más allá de los números fue una buena ayuda para conseguir el triunfo final. 5+0+1 para 3 de valoración
  • SANTI YUSTA: muy poco tiempo en cancha (apenas 5 minutos), además en los momentos más complicados del partido entre el primer y el segundo cuarto. Yusta buscó el aro en un par de ocasiones, perdió un balón y puso las ganas habituales. El transcurrir del partido llevó a que no volviera a la cancha en la segunda mitad, pero habrá otras ocasiones en los siguientes partidos. 2+1 para 0 de valoración
El Obradoiro consiguió lo que parecía imposible. En el peor momento de la temporada (y de los últimos años) y ante el peor rival posible, el equipo supo sufrir e hizo disfrutar a una afición que pudo vivir una victoria histórica que, más allá de la alegría del momento, llega justo cuando más necesitado estaba el Obra en la clasificación. Afrontar la semana de descanso con la séptima victoria en el bolsillo es, además de inesperado, un impulso enorme para un equipo que tiene que aprovechar estos días para conjuntar a los nuevos y sacar partido del subidón anímico que ha supuesto derrotar al Real Madrid. La trascendental visita al Olímpic de Badalona dentro de 2 semanas puede marcar el destino final de esta dura temporada para el Obradoiro, pero tras el triunfo de este sábado ya no será un partido dramático y sin margen de reacción como se temía. En el continuo sube y baja de esta extraña 2016/17, de nuevo toca estar en lo alto para el obradoirismo.


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